“Si algo nos ha permitido esta pandemia ha sido entender que somos seres
humanos. La dificultad con la que nos hemos debido de enfrentar durante
estos más de casi 3 meses ha sido compleja de manera individual pero
también de manera colectiva. Yo sirvo como médico cirujano en el hospital
Vall Hebrón, allí me formé como estudiante residente y cirujano y mi vida ha
cambiado completamente durante un periodo corto de tiempo. He puesto
toda mi voluntad esfuerzo y dedicación al servicio de los pacientes
La pandemia provocada por COVID-19 habrá realzado nuestra experiencia
médica individual. Todos aquellos médicos que no hemos sido adiestrados
para tratar enfermedades infecciosas como tal, hemos mejorado. Durante
más de un mes y medio he podido compartir espacio, momentos y tiempo
con mis compañeros de otras especialidades médicas. El compañerismo, el
trabajo en equipo, la solidaridad, nos han hecho mejores para superar estos
tiempos tan difíciles que nos ha tocado vivir. Pero de todos los días que he
pasado tratando pacientes enfermos, me quedaré con el recuerdo de sus
dudas, de sus angustias y de saber cómo mejor transmitir a unos familiares
inexistentes, que no podían venir al hospital, noticias a veces duras para
todos. La impotencia de no poder abrazar, transmitir el calor, el contacto con
los pacientes a sus familiares ha sido una de las experiencias más complejas
del día a día para el médico qué ha tratado pacientes. Recordaré para siempre
más esos rostros desgarrados, tristes, angustiados … con esa inexorable
sensación de falta de oxigeno. Ha sido terrible.
El día a día transcurría …”