¿Es el autismo una enfermedad mental?

Cuando hablamos de autismo nos referimos al trastorno del espectro autista (TEA), a pesar de que las personas con autismo comparten áreas de dificultades, su condición les puede afectar de manera muy diferente, y por este motivo encontramos casos tan diferentes entre ellas.

Los TEA son un conjunto de condiciones que se presentan durante el desarrollo infantil y que afectan a la área social y comunicativa, que se manifiestan con conductas rígidas y/o repetitivas, incluyendo en algunos casos alteraciones sensoriales. La mayoría de familias empiezan a sospechar algo alrededor de los 18 meses, cuando algunos de estos niños y niñas dejan de utilizar palabras y se muestran más irritables. A pesar de que los profesionales pueden detectar mejor estas dificultades, a menudo las familias tienen que recorrer un largo camino antes de encontrar respuesta en sus preocupaciones. Pero tan común es el autismo. Un estudio muy reciente llevado a cabo en Cataluña nos habla del 1,23%[1] de la población, a pesar de que en otros países ya se hablar de cifras más elevadas.

Algunas personas con autismo pueden llevar una vida más independiente mientras que otros necesitarán algún tipo de apoyo especializado.

Los estudios nos dicen que una atención temprana y basada en metodologías con base científica puede ayudar a que estos niños y niñas puedan comunicarse y llegar a tener una vida el máximo de autónoma. Es muy importante que la información adecuada llegue a las familias, puesto que ante la desesperación de una “solución”, padres y madres pueden topar con intervenciones que no lleven a ninguna parte. 

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