La importancia del suelo pélvico

8 de marzo de 2018 ·Dra. Márquez Expósito, Verónica


La calidad de vida de la mujer se puede ver afectada si existe un deterioro de esta zona. Puede ocasionar pérdidas de orina, dolor de espalda, disfunción sexual y prolapsos (caída de órganos pélvicos por la vagina).


¿Qué es el suelo pélvico?

El suelo pélvico es un conjunto de musculatura y ligamentos situado entre el pubis y el cóccix. Tiene forma de hamaca, cierra la cavidad abdominal por su parte inferior y sujeta la vagina, la vejiga urinaria y el recto. También sirve para dar estabilidad a nuestra columna y pelvis.

El embarazo (y el parto) y la menopausia son las etapas de la vida de la mujer que pueden afectar más.
Al embarazo, la musculatura tiene que soportar un aumento de peso que junto con los efectos hormonales, hacen la zona más laxa y ya se pueden empezar a tener pérdidas de orina.
Durante el parto, existe un alargamiento de los músculos que si lo asociamos a partes complicados (instrumentación con forceps, espátulas,...) o a episiotomías, el empeoramiento es mayor.
Con la menopausia, también debido a efectos hormonales y otros cambios físicos es frecuente encontrar incontinencia de orina y prolapsos genitales, sobre todo si durante la vida fértil no han reforzado el suelo pélvico. La obesidad, la práctica de deportes de impacto y el estreñimiento también pueden perjudicar.

¿Como cuidar el suelo pélvico?

La prevención es la clave. A continuación veremos como podemos ayudar la zona pélvica:

- Cambios en el estilo de vida: bajar de peso, no levantar pesos en exceso, reducción del consumo de tabaco.

- Rehabilitación de la musculatura del suelo pélvico (RMSP): práctica regular de ejercicios de contracción activa de estos músculos, los llamados ejercicios de Kegel. Es muy importante acudir a un especialista.

Este será el encargado de:

o  Ayudar a la percepción cinesética (toma de conciencia) de la contracción y la relajación
o  Indicar la repetición de la contracción activa y la relajación posterior
o Realizar un entrenamiento funcional, con incorporación de la contracción de la musculatura en las actividades cotidianas.

- Gimnasia abdominal hipopresiva: Son ejercicios posturales y respiratorios centrados a reforzar la faja abdominal.

- Electroestimulación: consiste en la aplicación de una corriente eléctrica no dolorosa, similar a la que emiten nuestros nervios, sobre la musculatura del suelo pélvico provocando la contracción de este.

- Utilización de conos vaginales o bolas chinas: son dispositivos intra-vaginales con diferentes pesos que estimulan la contracción muscular pélvica. Nunca se tienen que utilizar sólo, siempre como complemento de RMSP. Si se utilizan con medidas/pesos inadecuados pueden empeorar.