La Dra. Marta Roqueta nos explica los diferentes tests para detectar la COVID-19

19 de mayo de 2020 ·Dra. Roqueta Sureda, Marta

¿Qué es el coronavirus SARS-CoV-2?

Cuando hablamos de coronavirus hablamos de un amplio grupo de virus de la misma familia que tienen en común una estructura muy sencilla, compuesta por el ARN o RNA y un envoltorio. Este envoltorio, cuando se observa con el microscopio electrónico, tiene forma de corona, de ahí el nombre de coronavirus.

El virus por sí solo no puede vivir mucho tiempo. Para poder sobrevivir necesita nuestras células. Cuando el virus entra en nuestras células pierde la membrana que rodea el ARN, y este núcleo entra directamente en nuestras células. Entonces comienza a multiplicarse en el interior de estas células pero con su genoma.

Otros virus, como el de la mononucleosis o el del citomegalovirus, son propensos a invadir las células del hígado. El coronavirus SARS-CoV-2 o COVID-19, en cambio, para multiplicarse tiene preferencia por las células del sistema respiratorio y de los pulmones.

En definitiva, la COVID-19 necesita nuestras células para sobrevivir, con preferencia por las de los pulmones.

Diferentes tests para detectarlo

Hay diferentes tests en el mercado relacionados con la detección de COVID-19:

Pruebas PCR

El test más importante y que consideramos esencial para diagnosticar, que es el que se ha utilizado en la Clínica Bofill-Synlab, es el que utiliza la técnica de RT-PCR (reacción en cadena por la polimerasa-transcriptasa inversa). Es una técnica de laboratorio en la que se cogen muestras nasales y bucales de la persona. La técnica amplifica secuencias del material genético del virus (ARN). Por lo tanto, con una pequeña cantidad de carga viral ya podemos identificar la presencia del virus y podemos saber si el paciente está directamente contagiado o no.

Es una prueba altamente sensible y específica, que suele obtener un bajo número de falsos negativos si la muestra de la nasofaringe se coge correctamente. Se considera la mejor elección para un diagnóstico agudo/precoz y fue de las primeras en utilizarse desde el inicio de la pandemia.

Pruebas de antígenos

Más adelante en el tiempo, algunos hospitales comenzaron a utilizar la denominada prueba rápida de detección de antígenos (Ag).

Este test rápido coge una muestra de nasofaringe y los resultados están listos después de 10-15 minutos de haber recogido la muestra. Esta tipología de test ha dado muchos falsos negativos, y esto ha llevado a que gente con síntomas haya acabado por hacerse una PCR para determinar el diagnóstico. Por lo tanto, son tests rápidos con una sensibilidad muy baja para el diagnóstico de la enfermedad en su momento álgido. En nuestro laboratorio no se ha utilizado esta tipología de tests.

Pruebas de anticuerpos (tests serológicos IgA, IgM e IgG)

Por otro lado están los tests que determinan la producción de anticuerpos, es decir, determinan si en algún momento tu cuerpo ha estado en contacto con el virus, sea en el presente o en el pasado.

Los anticuerpos son proteínas que fabrica el sistema inmunitario para combatir los ataques de bacterias, virus y toxinas.

Cuando se pusieron en marcha las llamadas pruebas rápidas de detección de anticuerpos basadas en la inmunocromatografía, hechas con una gota de sangre del dedo de la persona, nos precipitamos en considerarlas como un test de máxima utilidad para el diagnóstico, ya que les falta sensibilidad, es decir, es un sistema que da falsos negativos. Probablemente pueden ser una solución para las empresas que necesiten saber si sus trabajadores han pasado la enfermedad o no, para poder reincorporarse a su puesto de trabajo. La inexperiencia y la precipitación en un caso de pandemia no es un buen aliado, y es que el sistema inmune de la persona va reaccionando día a día y evoluciona, y por esta razón estas pruebas no son del todo seguras, teniendo en cuenta que los resultados pueden variar de una semana a la otra, y en algunos casos se han hecho antes de que el mismo cuerpo pueda haber hecho anticuerpos detectables.

Situación actual

Nuestros recursos se han puesto en manos de la sanidad pública para hacer frente a la situación actual. Siempre se debe priorizar el bien común. A pesar de tener estas limitaciones, en Synlab ya estamos haciendo tests serológicos con prescripción médica y de manera limitada. Continuamos haciendo las pruebas PCR para determinar si la enfermedad está activa.

Creo que en el caso de los sanitarios el protocolo establecido ha sido acertado: si no había sintomatología relacionada con la COVID-19, continuaban trabajando con los materiales de protección para atender a los pacientes de una forma segura. En cambio, una parte de la población ha sufrido un miedo muy generalizado en sus hogares y necesitaban respuestas rápidas, al margen de que un aislamiento en una familia puede ser un hecho emocionalmente muy complicado.

Esta situación creo que nos ha ido un poco en contra en el sentido de hacer un mal uso de las pruebas serológicas, con las limitaciones de producción impuestas a escala internacional y nacional.

Aquí en la Clínica Bofill seguimos los criterios de Sanidad, que recomendó no realizar pruebas rápidas serológicas, sino utilizar la técnica Elisa. Esta se basa en realizar una extracción de sangre en vena en el laboratorio, y luego realizar un estudio completo de los anticuerpos. De estos podemos detectar de tres tipos:

  • IgA (inmunoglobulina A). Es un anticuerpo de respuesta rápida que aparece cuando el virus se encuentra en las mucosas.
  • IgM (inmunoglobulina M). Aparece cuando la infección está activa, aproximadamente a partir del quinto día de la primoinfección. Por lo tanto, si el test da positivo, la infección todavía está activa y el sistema inmunitario está activo contra la infección.
  • IgG (inmunoglobulina G). Es denominada como la de memoria y aparece después de la segunda semana de infección. No sabemos cuánto tiempo permanecerá detectable en sangre, pero parece que podría servir para protegernos ante reinfecciones.

Estos tests Elisa son mucho más sensibles y específicos que los tests rápidos. Para entender un poco más la diferencia entre los tests rápidos y la técnica Elisa, que determina los anticuerpos de la COVID-19, podríamos buscar el símil de la prueba del embarazo. Las pruebas rápidas de embarazo se las puede hacer una misma, pero para asegurarse de que realmente está embarazada irá a hacerse análisis de sangre para medir los niveles hormonales, para verificarlo con exactitud.

Si miramos el virus de la gripe, que es de una familia de virus similar (no igual) que la de la COVID-19, encontramos que cada año la gente se debe vacunar. Por lo tanto, la inmunidad de la vacuna dura aproximadamente un año. Pero no tenemos estudios que puedan corroborarlo en el caso de la COVID-19.

En un futuro, sin duda, estaremos mejor preparados para afrontar esta enfermedad, tanto en el ámbito de la protección como con el hecho de tener las pruebas de laboratorio estudiadas y preparadas.


El Dr. Albert Rimbau nos explica los tests para detectar la COVID19 en la Clínica Bofill